Frente a su decretado estado de pavor y espanto es justo y necesario darle dimensión humana a tanta muerte, desaparición, intento de homicidio, racismo endémico, feminicidio, expulsión de aeropuertos internacionales, torturas, tortura sexual, negligencias médicas, persecución política y judicial, arrebato de tierras recuperadas, persecución de medios libres y asesinato de periodistas, exilio o cárcel. Resulta entonces imprescindible poner nombre a tanta psicopatía política:
10-Dic-2011 Autor: CGT
Movilizémonos por la libertad de Alberto Patishtán Gómez,
firmemos y difundámos masivamente por su liberación ahora en:
www.oiga.me
Madrid, a 10 de diciembre de 2011
Quienes venimos acompañando durante tantos y tantos años los procesos de lucha por la autonomía de los pueblos a lo largo y ancho del territorio mexicano, sabemos que la etapa actual, los últimos meses de 2011, están siendo especialmente sangrantes contra los y las activistas sociales y sus organizaciones. Tanto el gobierno federal de Felipe Calderón como los estatales de Juan Sabines en Chiapas, Leonel Godoy en Michoacán, César Duarte en Chiuahua o Ángel Heladio Aguirre Rivero en Guerrero, por poner unos pocos ejemplos, siguen con su atroz plan coordinado con paramilitares y gobiernos municipales de eliminación física para quienes reclaman organizados y por la vía de los hechos una vida libre de multinacionales, corrupción, feminicidios y ecocidios, narcoviolencia y capitalismo en definitiva.
Desde los grandes macro-proyectos comerciales y estratégicos externos asumidos como propios como es el Plan Mérida hasta alcanzar a las personas concretas con nombre y apellidos, rostro, familia, entorno, organización e historia que conllevan tras de sí, existe un hilo conductor que conecta ambos extremos como son la militarización del país, la partidocracia o la manipulación de los grandes medios de comunicación.
50.000 muertos, miles de desaparecidos y desplazados y un tejido social que se resiste a quedar en la memoria colectiva como algo que no fue posible entretejer es lo que tenemos sobre el tablero del macabro juego. La receta de los poderes fácticos es inequívoca: inocular el virus del miedo, inyectar terror para desmantelar la presión social de los movimientos sociales ya sean estos ácratas, el propio Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPDJ) o la autonomía zapatista y de los pueblos indios del CNI. La receta de las organizaciones y los pueblos resulta igualmente firme: resistir y vivir cotidianamente la autogestión de las propias vidas.
Frente a su decretado estado de pavor y espanto es justo y necesario darle dimensión humana a tanta muerte, desaparición, intento de homicidio, racismo endémico, feminicidio, expulsión de aeropuertos internacionales, torturas, tortura sexual, negligencias médicas, persecución política y judicial, arrebato de tierras recuperadas, persecución de medios libres y asesinato de periodistas, exilio o cárcel. Resulta entonces imprescindible poner nombre a tanta psicopatía política:
Nataniel Hernández Núñez, director del Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa, ya desde hace medio año en el exilio por la criminalización sobre su persona por la excelente defensa de los derechos humanos que venía ejerciendo.
Pedro Leyva Domínguez, brutalmente asesinado por paramilitares el 6 de octubre por defender el bosque en la comunidad autónoma de Ostula (Michoacán).
Alberto Patishtán Gómez, desaparecido del penal de Chiapas en la madrugada del 20 de octubre y presentado horas más tarde a 2000Km de distancia, en un penal de máxima seguridad federal en Sinaloa. Pasa 23 horas aislado en su celda y le es negado el tratamiento contra el glaucoma, por lo que si no se restaura puede quedar ciego en breve. Seguir leyendo «CGT denuncia las distintas formas de matar del Gobierno Mexicano» →
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